Álvaro Uribe fue condenado por fraude procesal y soborno en actuación penal. Es el primer expresidente de Colombia declarado culpable por la justicia ordinaria.
Un fallo histórico:
El 28 de julio de 2025, la justicia colombiana escribió una página inédita: el expresidente Álvaro Uribe Vélez fue condenado por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal.
La decisión fue tomada por la jueza Sandra Liliana Heredia, en el marco de un proceso que se extendió por más de siete años. Se trata del primer caso en que un expresidente colombiano es hallado culpable por un tribunal de justicia ordinaria.
Aunque la sentencia es de primera instancia, su significado institucional y simbólico es profundo.
¿Por qué fue condenado Álvaro Uribe?
Según la jueza, Uribe intervino —a través de su abogado Diego Cadena— en la manipulación de testigos para favorecer su posición legal y desprestigiar al senador Iván Cepeda, quien lo ha señalado de vínculos con paramilitares.
El caso se centra en lo ocurrido en 2018, cuando varios internos aseguraron haber recibido ofrecimientos de beneficios a cambio de testificar a favor de Uribe.
Entre ellos, Juan Guillermo Monsalve, quien entregó grabaciones y documentos que confirmaron las presiones ejercidas sobre él. Monsalve tiene vínculos familiares con la finca Las Guacharacas, propiedad de la familia Uribe.
Se estableció que existió una intención deliberada de inducir en error a la justicia, configurando así el delito de fraude procesal. Además, se acreditó el delito de soborno en actuación penal por los ofrecimientos hechos a los testigos.
Absuelto de un tercer cargo
Uribe fue absuelto del delito de soborno simple, relacionado con la exfiscal Hilda Niño. La jueza determinó que no había evidencia suficiente para vincularlo directamente con las acciones que derivaron en su traslado carcelario.
¿Qué sigue en el proceso judicial?
- La Fiscalía solicitó una condena mínima de 108 meses de prisión.
- La audiencia de lectura de sentencia fue programada para el 1 de agosto a las 2:00 p.m.
- La defensa tiene cinco días hábiles para apelar ante el Tribunal Superior de Bogotá.
- El caso podría llegar a la Corte Suprema mediante recurso de casación.
- Existe riesgo de prescripción si no hay una sentencia firme antes del 16 de octubre de 2025.
Un golpe simbólico al uribismo
Más allá de lo penal, la condena a Álvaro Uribe representa un quiebre en la cultura política colombiana.
Durante más de dos décadas, Uribe fue una figura dominante: presidente entre 2002 y 2010, senador, líder del uribismo, y referente de la “seguridad democrática”.
Esta decisión judicial resquebraja su narrativa de liderazgo incuestionable, y pone sobre la mesa el debate sobre la responsabilidad política y ética de quienes han ocupado las más altas esferas del Estado.
Aunque el proceso aún no ha terminado, esta condena sienta un precedente: que incluso los expresidentes pueden ser llamados a responder ante la ley.
El juicio a Álvaro Uribe no es el fin del uribismo, pero sí un nuevo capítulo en la historia judicial del país. Uno que obliga a mirar de frente las prácticas que durante años fueron invisibles —o intocables— por conveniencia política.